En el verano de 1709, el perfumista italiano Giovanni Farina creó una esencia que le recordaba a «una mañana de primavera en Italia, después de la lluvia». Decidió bautizar su perfume en honor a la ciudad que lo había acogido: Colonia, al oeste de Alemania.

Su técnica era completamente diferente a la que empleaba hasta ese momento, ya que él mismo destilaba el alcohol y lo mezclaba con extractos de bergamota, limón, pomelo y otros cítricos.

De esta manera consiguió un perfume muy ligero y sutil, completamente distinto a las esencias fuertes y florales que se utilizaban en aquella época y al que bautizó como Farina 1709.

En las décadas siguientes, Farina fundó una pequeña fábrica, ahora conocida como Johann Maria Farina gegenüber dem Jülichs-Platz GmbH, de agua de Colonia en el centro de la ciudad, que hoy es considerada la más antigua del mundo, y su Agua de Colonia se hizo mundialmente famosa.

Comenzó a ser usada por los aristócratas y algunas de las personalidades más ilustres de su tiempo, además de ser nombrado fabricante oficial del perfume usado por las principales casas regentes europeas.

Figuras como Federico el Grande, Voltaire, Luis XV, Bolívar, la reina de Inglaterra y hasta el mismísimo Napoleón utilizaban su perfume.

Su fórmula ha permanecido inalterada a lo largo de los siglos y se ha mantenido en secreto y encerrada bajo llaves durante las ocho generaciones de la familia Farina, quienes siguen produciéndola en la actualidad.

En la antigua casa de Giovanni Farina en Colonia se encuentra el museo del perfume, donde se conservan anotaciones, cartas con pedidos de colonia de Napoleón y de otras personalidades ilustres, la mesa de Giovanni y herramientas.

El museo se encuentra frente al Ayuntamiento de Colonia, en cuya torre se colocó una estatua de Giovanni como homenaje por haber convertido a esta ciudad alemana en la capital mundial del perfume.

Casi ochenta años después de su creación, y ante el éxito del agua de Colonia de Farina, un comerciante local creó su propia agua perfumada utilizando sin permiso el nombre de Farina.

En 1881 fue multado por hacerlo sin permiso, por lo que cambió el nombre de su perfume por el del antiguo número de la casa donde había nacido, dando origen a otro de los perfumes más legendarios de la historia: 4711.

Giovanni Farina es reconocido en la actualidad como el padre de la perfumería moderna, siendo una fuente de inspiración para todo aquel que trabaja en esa industria.