Esta es la historia de un hombre que transformó los hilos en ruedas y cambió para siempre el mundo del transporte con su apellido: Suzuki.

Todo comenzó en 1909 cuando Michio Suzuki, un joven carpintero convertido en empresario, fundó Suzuki Loom Works en Hamamatsu, Japón.

Su especialidad eran los telares de madera, unas máquinas tan buenas que llegaron a desplazar a las alemanas e inglesas que dominaban el mercado mundial.

En 1920, el negocio había prosperado tanto que Michio transformó su taller en una sociedad anónima: Suzuki Loom Manufacturing Co., con medio millón de yenes de capital inicial.

Durante más de 30 años, los telares Suzuki tejieron la fortuna de la empresa, pero en 1951 el mercado del algodón colapsó. Los telares ya no se vendían y Michio se enfrentó a una decisión crucial: cerrar la empresa o reinventarse completamente.

Eligió la segunda opción y cambió radicalmente de rumbo hacia algo totalmente diferente.

La inspiración llegó de una necesidad cotidiana. Shunzo Suzuki, hijo del fundador, se quejaba de los fuertes vientos estacionales de Hamamatsu que dificultaban sus viajes en bicicleta al trabajo. «¿Por qué no crear un motor que ayude a pedalear?», pensó Michio.

En enero de 1952 tenían listo el prototipo «Atom»: una bicicleta con un motor de apenas 30cc que generaba 0.2 caballos de fuerza. Pero tras varias mejoras, en marzo presentaron la versión definitiva con un motor de 36cc y 1 caballo de potencia.

El 5 de junio de 1952 nació oficialmente la Suzuki Power Free, una bicicleta con un motor de dos tiempos de 36cc que permitía tres formas de uso: solo pedales, solo motor, o ambos combinados. Un sistema revolucionario de doble piñón hacía posible esta versatilidad.

El éxito fue inmediato. Las ventas mensuales superaban las 4.000 unidades, y en 1953 llegó la Diamond Free con motor de 60cc. Era exactamente lo que Japón necesitaba después de la guerra: transporte económico, eficiente y accesible para la reconstrucción del país.

En 1954 Suzuki dio el gran salto: cambió oficialmente su nombre a Suzuki Motor Co. Ltd. y presentó la Colleda, su primera motocicleta completa. Ya no era una bicicleta con motor, sino una verdadera moto con motor de 90cc y cuatro tiempos.

«Colleda» significaba «¡Esto es todo!» o «¡Esta es la definitiva!» en japonés. Tenía chasis de acero, horquilla telescópica, suspensión trasera y hasta velocímetro, siendo la primera moto japonesa en incluirlo. Era una declaración de intenciones.

En 1955 llegó el Suzulight, el primer automóvil de la marca. Era un kei car con motor de 360cc, dos cilindros y tracción delantera, el primero fabricado en serie en Japón. Suzuki no solo cambiaba de sector, sino que innovaba en cada paso.

En 1962 ganaron su primer campeonato mundial de motociclismo y en los 70 nacieron leyendas como la GT750 «Water Buffalo», una tricilíndrica de dos tiempos refrigerada por agua, una de las motos más populares de la década, y la GS750, su regreso a los motores de cuatro tiempos.

Hoy Suzuki produce más de 3 millones de vehículos anuales, desde motos deportivas como la legendaria Hayabusa hasta automóviles compactos. En 2020 celebraron su centenario y en 2022 Joan Mir les dio otro campeonato mundial de MotoGP.