Solo por curiosidad, ve a tu closet y revisa las prendas de vestir que tengan cremalleras. ¿En cuántas de ellas se observan las letras YKK?
En Colombia muchos también las llamamos correderas y es muy probable que en la ropa que tenga este tipo de cierre estén grabadas las tres diminutas letras: YKK. Es el nombre de una compañía japonesa que fabrica la mitad de todas las cremalleras del planeta, más de 7.000 millones cada año.
YKK fue fundada en 1934 por Tadao Yoshida. Su nombre es el acrónimo de «Yoshida Kōgyō Kabushikigaisha» y en tan solo unas décadas, Yoshida transformó su pequeña empresa en un líder mundial.
Yoshida comenzó fabricando a mano las cremalleras pero no estaba satisfecho con el resultado que obtenía, así que, en 1950, compró una serie de máquinas para automatizar el proceso con el que obtenía cremalleras de mucha mayor calidad, pero no era suficiente aún para él.
Por ello decidió diseñar sus propias máquinas personalizadas para obtener la mejor cremallera del mundo. Y gracias a este sistema YKK pudo controlar cada detalle de la cadena de producción.
La empresa funde su propio latón, fabrica su propio poliéster y su propio hilo, teje y tiñe los colores para sus cintas, forja y moldea los dientes, fabrica las cajas en las que se envían. Si era necesario abrían su propio taller para poder controlar cada fase de la producción.
Yoshida atrajo casi todos los aspectos del diseño y la fabricación de su producto bajo el paraguas de YKK, lo que le permitió controlar la calidad hasta límites insospechados y convirtiéndose en la clave de su éxito.
Su prestigio y reputación era, y sigue siendo, tan grande, que mucha gente identificaba la calidad de la ropa comprobando simplemente si ésta tenía una cremallera YKK o no.
Yoshida plasmó sus ideales en el «Ciclo de la Bondad», una filosofía de gestión que afirma que «Si una empresa se esfuerza en ayudar a sus trabajadores y a la sociedad, esa ayuda regresará multiplicada al empresario».
Decía: «Si compras barato pero vendes caro ganarás dinero, pero no beneficiarás a los demás. Si compras caro y vendes barato beneficiarás a los demás, pero tú desaparecerás».
Con el tiempo llegó a comprender que la clave era producir las mejores cremalleras del mundo, baratas pero de la mayor calidad, que ofrecieran beneficios a sus clientes y a la sociedad, al mismo tiempo que favorecían a la propia empresa y a sus empleados.
La trayectoria de YKK parece darle la razón a Yoshida. En la actualidad el Grupo YKK está presente en 72 regiones del planeta, facturan más de 10.000 millones de dólares al año y siguen fabricando las consideradas como mejores cremalleras del mundo.