El 10 de agosto de 1960, Shintaro Tsuji, un funcionario japonés que había dejado su empleo, fundaba Yamanashi Silk Center, una empresa textil que daría origen a una de las marcas más valiosas de todos los tiempos, solo por detrás de Pokemon: Hello Kitty.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Tsuji estudió ingeniería química y comenzó a trabajar para el gobierno de la prefectura de Yamanashi en un puesto que él mismo llegó a describir como lo peor que le había ocurrido tras haber pasado hambre de niño.
Tiempo después dejo ese empleo, creó una pequeña empresa textil que nunca llegó a funcionar, lo que provocó que se viera obligado a recuperar su antiguo trabajo, pero harto de nuevo, volvió a dejarlo y fundó Yamanashi Silk Center.
Inicialmente, su idea era vender productos hechos a base de seda como bolsos, monederos o carteras, pero se dio cuenta de que el plástico era mucho más rentable y fácil de vender, por lo que cambió su producción a este material.
Tsuji también notó el creciente interés por los productos adornados con dibujos, que se vendían mucho más rápido que aquellos que no los tenían, así que comenzó a fabricar sus productos apostándolo todo al desarrollo de personajes que apelaran al concepto de «kawaii».
Kawaii es un adjetivo japonés que hace referencia a algo que resulta bonito, adorable o tierno, por lo que comenzó empleando flores, después frutas y más adelante contrató a un equipo de diseñadores para incrementar su cantidad de personajes tiernos y producirlos en masa.
Además, cambió el nombre de la compañía por el de Sanrio, pero el punto de inflexión vino cuando uno de estos diseñadores, Yuko Shimizu, creó en 1974 un pequeño gato blanco, sin boca y con un gran moño en su cabeza, al que bautizaron como Hello Kitty.
Comenzaron a usar este personaje en una línea de monederos que salió al mercado el 1 de noviembre de 1974, pero su imagen se volvió extraordinariamente popular en Japón y Sanrio multiplicó su presencia en el resto sus productos.
En un año, las ventas se multiplicaron por siete y la fama de Hello Kitty se extendió por todo el mundo, provocando que que Tsuji registrara su propiedad, creando un imperio de licencias que usan su imagen en marcas deportivas, aerolíneas, restaurantes, hoteles
Se volvió tan famosa que se acabó convirtiendo en la franquicia más valiosa del mundo, tan solo por detrás de Pokemon, con un valor estimado de 84.000 millones de dólares.
Su creadora, Yuko Shimizu, disfruta de su legado en eventos por todo el mundo. En el año 2020, con 92 años, Shintaro Tsuji se retiró como CEO de su empresa, dejando a su nieto al cargo. En la actualidad, sigue disfrutando de aquel imperio que creó gracias a un gato: Hello Kitty.