FRANCISCO TÁRREGA FUE EL FUNDADOR DE LA GUITARRA CONTEMPORÁNEA ESPAÑOLA. LAS INNOVACIONES TÉCNICAS QUE LOS GUITARREROS DEL SIGLO XIX INTRODUJERON EN EL VIEJO INSTRUMENTO PERMITIERON LA APARICIÓN DE UN REPERTORIO ESPECÍFICO QUE ALGUNOS COMPOSITORES ENRIQUECIERON Y QUE TÁRREGA SUPO CODIFICAR.

 

En 1992, Nokia tenía decidir qué timbres de llamada iba a incluir en su siguiente teléfono, el 2010. De entre todas las melodías, seleccionaron una de 13 notas creada por un español en 1902 que se convertiría en la más utilizada de la historia: Nokia Tune.

Además de que era una bella melodía y de que era simple, había un factor vital para ellos: era de dominio público, por lo que evitarían tener que pagar costosos derechos de autor cada vez que la incluyeran en alguno de sus terminales.

La melodía apareció por primera vez en el Nokia 2010, en 1994, con el nombre de Type 5, como un tono genérico más de este teléfono.

Su nombre fue variando según se iba lanzando en más teléfonos, Type 13, Type 8, hasta 1997, cuando se lanzó el Nokia 6110, en el que a cada tono de llamada se le dio un nombre específico, recibiendo el de Grande Valse.

Su popularidad fue tan excepcional que un año después pasó a llamarse Nokia Tune y a convertirse en el tono de llamada por defecto de todos sus terminales, además de un elemento distintivo de su identidad e imagen de marca registrado y protegido en algunos países del mundo.

Pero no solo Nokia ha usado obras de este español, que se encuentra entre los más versionados de todos los tiempos. Artistas como Mike Oldfield incluyó una de sus canciones en la banda sonora de Los gritos del silencio, ganadora de un Oscar en 1984.

El ritmo pegadizo de aquel tono de llamada reinó en el mundo de la telefonía de tal manera que se escuchaba hasta casi 2.000 millones de veces al día en todo el planeta, unas 20.000 veces por segundo.

Aquel español, uno de los grandes guitarristas de la historia, se llamaba Francisco Tárrega, y su obra, publicada en 1902, Gran Vals, se basaba en el Grand Valse Brillante de Frédéric Chopin de 1834, que había reimaginado en una hermosa composición de guitarra.